Ultimo día de feria
Comenzando por lo que se está convirtiendo en algo esencial, la meteorología ha vuelto a dar la de arena. Si bien por la mañana ha salido despejado y con menos frío, a mediodía y por la tarde ha vuelto a llover (algo muy presente en todas las ferias). De todas formas la mañana no ha sido mala del todo en cuanto a ventas y público se refiere.
Sin embargo la valoración final que cabe hacerse no deja lugar a dudas: en lo positivo hemos desarrollado una feria más y ya estamos en la decimoséptima edición con caracter ininterrumpido (lo cual tiene su mérito); frente a esto la meteorología, la crisis economica, la evolución de los hábitos lectores y de ocio, la crisis editorial (tránsito a lo digital), son factores que han influido, quizá por este orden, en una de las ferias más deslucidas y frías de su historia.
Haciendo también autocrítica se hace necesario introducir ligeras variaciones en la organización de la feria para intentar potenciarla, e incluso incorporar nuevos elementos que la hagan más atractiva para el público. Es un trabajo que queda pendiente para el año próximo.
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