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Quim Monzó: Mil cretinos

Quim Monzó: Mil cretinos

     "Mil cretinos" es un pequeño libro de relatos (apenas 150 páginas con tipografía y márgenes muy amplios), que sirve para que su autor, Monzó, demuestre su habilidad para elaborar pequeñas historias. El libro comprende diecinueve cuentos estructurados en dos partes. Se diferencian en que en la primera parte los relatos son más extensos, mientras que en la segunda son más breves y variados. Destacan en estos relatos los personajes obsesivos y las repeticiones de situaciones, así como cierto surrealismo que dan un estilo original a su autor. Todo ello envuelto en una ironía cercana al humor negro.

      Comienza con títulos como "Sr. Beneset" donde se establece un encuentro entre padre e hijo en una residencia de ancianos. Muestra el autor el amor paternal frente a los sentimientos contradictorios del hijo. La vejez y la muerte son sus temas principales; En "El amor es eterno" se produce el reencuentro de una pareja rota por falta de compromiso de la persona que narra esta historia. Se constata el amor de ella frente a la compasión de él ante la enfermedad de la mujer. De nuevo el amor discurre a lo largo del relato; En "Sábado" nos narra el ritual de una mujer abandonada por su marido tras treinta años de matrimonio. Relato surrealista y obsesivo donde la protagonista quiere eliminar todo lo que ha estado en contacto con su marido dentro de su casa(muebles, objetos, y al final hasta su propia piel); En "Mirando por el balcón" demuestra originalidad y maestría narrando las reflexiones de una persona mirando por el balcón, con el único propósito de evadirse de la realidad y huir de la coitidianidad. De nuevo el acto resulta muy obsesivo;  En "La alabanza" se demuestra la vanidad de las personas en una historia donde un escritor alabado pronto cambia de actitud cuando sus escritos son cuestionados.; por último en "Y llegó la primavera" se plantean temas como la eutanasia, el suicidio, la muerte y la vejez dentro de un cuento donde nos describe la estancia de unos abuelos en una residencia, su sufrimiento y su espera ante la proximidad de su muerte, que aparece como una liberación trás la enfermedad. La primavera la convierte en metáfora de la muerte.

     En la segunda parte los relatos son hiperbreves, apenas unas hojas y alguno de ellos un puñado de líneas. En esta parte destacan más los temas relacionados con la literatura como proceso creativo. Nos cuenta, por ejemplo, como un profesor explica la importancia de una buena educación a un alumno que  se está desangrando(producto de una importante herida en el cuello) y acaba de entrar en clase sin saludar. En otro "Treinta líneas" el narrador nos cuenta casi línea por línea como va creando su relato y las dificultades que encuentra para ello.

      La calidad de estos relatos está fuera de toda duda. Os dejo algunas reseñas sobre esta obra: La jornada semanal y La nave de los locos

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